Con tecnología de
Sociedad de Centros de Oración de Nuestra Señora de Guadalupe, A.C.
Sociedad de Centros de Oración de Nuestra Señora de Guadalupe, A.C.
  • Presentación
    • Historia
    • Misión
    • Visión
    • Valores
    • Miembros
    • Asambleas anuales
    • Constituciones
  • Nuestros Centros
    • Austin, Texas
    • Barcelona, España
    • Chihuahua, México
    • Ciudad de México
    • Dale, Texas
    • Delicias, México
    • Guadalajara, México
    • Heredia, Costa Rica
    • Long Island, Nueva York
    • Monterrey, México
    • Parral, México
    • Puebla, México
    • Querétaro, México
    • Tampico, México
    • Torreón, México
  • Calendario
  • Galería
  • Blog
  • Testimonios
  • Enlaces
  • Publicaciones
    • Nuestras Publicaciones
    • Bibliografía
    • Canal de Youtube
  • Contacto

Testimonios


MI IDENTIDAD SEXUAL
Imagen
Todo iba bien en mi vida. Me consideraba un hombre afortunado, salvo en una cosa: me atraían los hombres. Las fantasías sexuales con hombres, como protagonistas, y las masturbaciones, que le seguían, iban cada vez a más. Empecé a tener relaciones sexuales con ellos. Se convirtió en puro vicio. El pecado empezó a reinar en mi vida.

No sabia porqué actuaba así. Desesperado acudí a un confesionario, lloré. El sacerdote me dio una solución: acudir al Centro de Montserrat, asumir tanto la terapia individual como los talleres.

Empecé a trabajar intensamente. Me hizo ver las causas de mi problema. Mi hipersensibilidad, junto con mi forma de percibir la realidad, unido a las formas de ser de mi padre y de mi madre, provocaron los detonantes. A ello, hay que añadirle, las heridas que experimenté en la escuela, por parte de los demás muchachos.

En la terapia, tuvimos que volver al pasado, llorar aspectos que estaban dentro de mi INCONSCIENTE, transformarlos y llenarlos de mucho amor, siempre con la presencia de Jesús y María. Había que perdonar mucho, empezando por uno mismo. Ha sido una experiencia bastante dura pero era necesaria, para poder poner un poco de orden dentro de mí.

Todo este proceso lo he ido realizando con la ayuda inestimable de Jesús y María que me han acompañado siempre. Necesitas sentir que no estás solo. Que ellos están junto a ti. Por ello acudo a misa diaria, rosario diario y adoración semanal. He acudido a Lourdes, nueve veces, dos a Fátima. Y suelo ir una vez al mes a Zaragoza, para sentirme acogido y querido por la Virgen del Pilar. También he ido un par de veces a ver a la Virgen de Montserrat. Siempre vuelvo con mucha paz.

En el Centro de Oración, además de las sesiones terapéuticas semanales, he realizado dos cursos importantísimos. Uno de SANACIÓN DE LA AUTOESTIMA y otro dedicado al PERDÓN.

Por otro lado, siempre he contado con la ayuda inestimable de mis padres. Mi padre sobretodo me está ayudando muchísimo, junto con otros amigos sacerdotes y no sacerdotes varones, para hacerme y sentirme varón.

Hoy en día la atracción  homosexual ha ido desapareciendo, y ha ido creciendo la atracción heterosexual. Para todos aquellos que estáis pasando por lo mismo, sólo una cosa: "PARA DIOS Y MARÍA  NO HAY NADA IMPOSIBLE". ¡No OS dejéis robar NUNCA la ESPERANZA!
​

C.O. Nuestra Señora de Montserrat, Barcelona, España

​MI TRANSFORMACIÓN EN JESÚS
Imagen
Antes de tomar el curso Wheeler I tomé los talleres de Codependencia I  y II, los cuales llegaron en el momento justo. Me sentía vacía, perdida, con muy baja autoestima y me saboteaba constantemente. Poco a poco fui conectándome con mis sentimientos, comencé a identificar cada emoción que experimentaba y me hice consciente de cosas que no conocía.
 
Cuando terminé Codependencia II sentía la necesidad de seguir conectada con esos sentimientos, había muchas cosas que aún no lograba identificar. Luego llegó la oportunidad de tomar Wheeler I en la Escuela de Crecimiento, en él la conexión fue más profunda, ya que se me dieron mucho más herramientas y conceptos que llevados de la mano de la Palabra de Dios y la guía del Espíritu  Santo me mostraron un nuevo camino, con mucho más luz.
 
A lo largo del curso cada paso me iba ayudando a sanar, aprendí a pedir la gracia del arrepentimiento, a sanar a través del perdón, a soltar los apegos que me alejaban de Dios y me impedían crecer, el cambió se dio paulatinamente, casi sin darme cuenta.
 
La gente a mi alrededor comenzó a experimentar mi transformación. En mi casa, con mi familia, el ambiente ha mejorado mucho, ya no discuto como antes por cualquier cosa. Aprendí a escuchar y respetar los puntos de vista de los demás, dejé de tomarme personal las acciones de otros, a perdonar sus errores y no juzgar, porque al igual que yo son humanos imperfectos aprendiendo es esta vida.
 
En mi trabajo también mejoró considerablemente mi actitud: ya no me irrito tanto como antes, ni regaño o culpo a quien se equivoca. Antes de reaccionar procuro pensar y dejar que los sentimientos primarios se acomoden antes de actuar. Hay ocasiones en que me gana el temperamento y caigo en provocaciones, pero cuando esto ocurre me doy cuenta que aún me falta mucho por crecer. Es en esos momentos cuando sé que tengo que regresar a las manos de Dios, que sola no podré continuar y vuelvo a orar y a pedir la gracia del perdón y la humildad.
 
En mi vida sentimental también me ayudó, ya que aprendí que no necesito buscar la felicidad en otras personas, también es buena la soledad porque en los desiertos de la vida es cuando más cerca estamos de Dios, ahí nos encontramos con Él y con nosotros mismos; ya no busco la aprobación ni la complacencia de alguien más para sentirme aceptada o amada, sé que Dios me ama y he aprendido a quererme más a mí misma.
 
A lo largo de estos 2 años de curso he experimentado tantos sentimientos y emociones, de cada uno he aprendido. Hoy, al hacer un pequeño recuento de este tiempo, vuelvo la vista para atrás y veo la persona que era, la mayor parte no me gusta: me veía tosca, agresiva, a la defensiva, llena de rencores y culpas.
 
Después de este proceso he sanado muchas heridas y he dejado de herir tanto a la gente a mi alrededor; lo mejor es que sigo en el camino, dejándome guiar por Dios, para seguir aprendiendo y creciendo, sigo teniendo defectos y errores pero con conciencia más abierta y lo más importante: voy de la mano de Dios.
 
Me siento muy bien porque me libero de muchas culpas y a aprendo a perdonar y a aceptar  a las personas con sus errores, con sus dones que Dios le regaló a cada persona. Dios me ama tanto, que en momentos de crisis siempre me ha ayudado en alguna forma. No estamos solos y acepto los retos que Dios me ha dado porque ÉL sabe por qué pasan las cosas.
 
He aprendido a soltar los miedos, sentirme segura porque Dios está conmigo y no pasa nada porque me protege al 100%. Es cuestión de orar y hablarle como un Padre que me cuida y me ayuda a ser más humilde, no ser más ni menos que las demás personas porque todos somos hijos de Dios, todo son mis hermanos y todos somos hijos de un mismo Dios.
 
Estamos aquí para servirá  a los demás, a ser más humana con mis debilidades y habilidades. En mi personalidad me ayudó a no tener miedo a la autoridad y poder enfrentar con humildad a ciertas personas.
 
En mi trabajo y en mi casa me siento sin tanto miedo y me experimento con más fe, también se ahora que Dios nos quiere felices porque nos ama.
​
C.O. Casa de Nazaret, Torreón, México

​SANANDO MI NACIMIENTO
Imagen
Nací un 2 de julio de 1957 y soy la primera de 5 hermanos. Mi nacimiento fue muy difícil, mi mamá estuvo 12 horas en labor de parto y yo no podía nacer.  En ese tiempo la cesárea no estaba permitida por la Iglesia Católica, entonces había que hacer lo posible por el parto natural.

La agresión más brutal que he recibido en mi vida fue en el momento de mi nacimiento; nací con fórceps, pinzas que se colocan en la cabeza del bebe para ayudarlo a salir, metálicas, duras, frías.​

Gracias a Dios tengo una mínima disfunción cerebral, porque he visto en mis visitas al neurólogo y en mi profesión, - soy Educadora Especial- gravísimas lesiones cerebrales ocasionadas por fórceps.​

Como consecuencia, viví toda mi vida, con fuertísimos dolores de cabeza; doloes que duraban hasta diez días con sus noches, buscando y probando cada vez medicinas más fuertes para poder trabajar, estudiar, etc.  Me llegué a tomar seis Sidolyles al día, diario, muchas veces, al final el día con una copa de brandy para poder dormir.


Así viví muchos años, hasta que dios puso en mi camino a mi tía Georgina Pumarada y a mi prima Georgina Francés Pumarada quienes me llevaron por primera vez al Centro de Oración Nuestra Señora de la Luz.  El año 2013, participé en la terapia “Trauma de Nacimiento”. Bendita la hora. Fue muy duro. Todavía al escribir estas líneas, se me hace un nudo en la garganta; pero, fue una experiencia increíble en la que conocí personas maravillosas con n corazón enorme entregado a sus semejantes y, desde entonces, desaparecieron mis olores de cabeza.  Los primeros días después de la terapia, hasta caminaba despacio porque me daba miedo que regresara el dolor y me quedaba quieta, en silencio, buscándolo, ya no estaba.

No me lo van a creer pero creo que lo extrañaba, lo echaba de menos, sentía que faltaba una parte de mí.

Desde entonces, no he vuelto a sentir un dolor de cabeza ni siquiera mediano.  Mi trabajo es de mucho estrés, y, a veces por lo mismo, siento una ligera molestia que si me distraigo, ni pastillas tomo.

Doy gracias a Dios por Mari Carmen, por Georgina y por todas las personas que en el Centro de Oración se dedican a ayudar a otras que lo necesitamos, que Dios las bendiga y ayude a conservarlo por mucho tiempo más.
​

C.O. Nuestra Señora de la Luz, Puebla, México

​TESTIMONIO DE VIDA
Imagen
​Inicié con los talleres de Codependencia I y continué con el No. II. Es maravilloso porque aprendí sobretodo a conocerme a mi misma. Me  di cuenta de que como ser humano tengo errores y los acepto. Así mismo, me encontré con heridas que ni yo misma sabía que tenía así como las que tenía bien presente aún en mi corazón.
 
Me di la oportunidad de perdonarme y perdonar a quien yo sentía que causaba mis heridas. Me desprendí de culpas, miedos, vergüenza, odio, rencor, resentimientos, etc.
 
Fue cambiando mi actitud conmigo misma, con quienes me rodean. El proceso aquí fue corto pero decidí continuar sanando mi espíritu y sobre todo a conocer a Dios.
 
Entonces viene la oportunidad que le hacía falta a mi corazón, me invitan a continuar en la Escuela de Crecimiento Espiritual y Sanación Interior.  Confieso que pensé y dudé que terminaría el curso cuando me dijeron que eran 4 semestres.
 
Conforme transcurría el tiempo y sus clases, iba conociendo a Dios, pues todo fue sanando a través de citas bíblicas (Dios) y también iba sanando lo que en mí había que me causaba algún mal recuerdo.
 
Fui cambiando mucho, pues ya me doy cuenta cuando cometo algún error, ya sea con mi actitud o palabras. Mi hogar cambió, pues Dios es primero en mi hogar y Él ha ido haciendo maravillas en los que habitamos como familia.
 
Quisiera decirle a todo el mundo (lo hago) mi experiencia y que desde que Dios es el centro de mi vida y de mi hogar todo fluye y sobretodo teniendo fe todo se logra, Dios no nos abandona, somos nosotros los que no lo invitamos a nuestras vida. También he entendido que los tiempos de Dios son los perfectos y sólo Él sabe cuándo y a qué hora.
 
Sé que tengo una misión aquí en la tierra y he decido seguir adelante. Se está creando el Centro de Oración “Casa de Nazaret” y ahora estoy dentro de los 6 que decidieron voluntariamente servir aquí.
 
Ahora soy otra persona, respiro profundo, amo a Dios y valoro la vida tan maravillosa.
​
C.O. Casa de Nazaret, Torreón, México

UNA HISTORIA DE AMOR

Imagen
Desde que entré al Centro de Oración Nuestra Señora de la Luz, hace 14 años, he aprendido mucho y sigo aprendiendo. 

El primer taller, “Cómo Sanar las heridas de la vida” fue conocer el Amor de Dios a través de un abrazo eterno. Lo primero que sané fue la muerte de mi esposo, aprendí a amarlo más libremente y a seguir amándolo. 

El taller de “Codependencia” me ayudó a ser más libre, y poder educar a mis hijas, sola cuando me quedé viuda. Me di cuenta de los errores que estaba cometiendo con ellas.  Ahora, vivimos en paz; cada quien con su propia responsabilidad.

En el curso “Crecimiento Espiritual y Sanación Interior” del Padre Wheeler, S.J. se me reveló el Amor de Dios, al ir descubriendo mis heridas, errores y pecados y poder compartirlos con Jesús y sentir su Misericordia. 

El curso de “Wheeler 2” y el de “Constituciones de la Sociedad de Nuestra Señora de Guadalupe” nos sensibilizan a compartir con nuestros hermanos que sufren, lo que nosotros hemos recibido, en la medida de nuestras posibilidades. 

El curso de “Enfoque Bioespiritual” me enseñó a encontrar dentro de mí a Jesús, a través de mis sentimientos, incluso de aquellos que toda mi vida quise rechazar.​​
​
C.O. Nuestra Señora de la Luz, Puebla, México
​1  |  2  |  3  |  4  |  5
Con tecnología de Crea tu propio sitio web único con plantillas personalizables.
© Sociedad de Centros de Oración de Nuestra Señora de Guadalupe, A. C.
​

SEDE CENTRAL
Ciudad de México

E-MAIL
centrosoracion.guadalupe@gmail.com
TELÉFONO
(55) 5683 5242


​
CONTACTO
​
​
  


Imagen